sábado, 13 de octubre de 2007

HISTORIA DE LA MASONERIA 3




Las escuelas iniciaticas de la antigüedad, tenían técnicas de iniciación muy estrictas y rigurosas; los neófitos se sometían a pruebas físicas, morales, religiosas e intelectuales muy fuertes y de carácter hostil, hasta que se llego a una fase muy avanzada en el antiguo Egipto, llamada "El sueño del templo".
El sueño del templo, consistía en un ritual en el que el neófito era enrollado en una mortaja y puesto en un sarcófago mortuorio, su ego era conducido a un trance psicológico en el que quedaba en medio de la vida y de la muerte en los procesos físicos del cuerpo. Dicho ritual culminaba con el sacerdote, mejor conocido como el Hierofante, proclamando al iniciado como resucitado de entre el reino de los muertos. El alma recién iniciada había pasado por una especie de muerte mística en los procesos físicos del metabolismo, y ahora regresaba a la vida de entre sus cenizas, como el ave fénix, con la memoria y el conocimiento de su Yo Eterno, que había sido percibido astralmente detrás del velo de los sentidos. Se puede decir que era una especie de nuevo nacimiento. De hecho, los iniciados de Egipto eran muy a menudo conocidos como "los nacidos dos veces". Mediante el sueño del templo, el iniciado alcanzaba la inmortalidad. Según los antiguos, la vida se sostiene por la muerte; esto es conocido como la ley palingenésica. Alcanzar la inmortalidad, no era mas que el pensamiento elevándose a su idealidad y tomando posesión de su propia divinidad.
En muchas ocasiones, dentro de la prueba que evocaba a la resurrección, se utilizaban drogas como la seta sagrada, esto era para que el neófito entrara en un estado de conciencia superior, la persona que busca realidades espirituales podía incluso entrar en la esfera del archivo Akásico, y contemplar el pasado y el futuro en un lazo indivisible de tiempo. Hoy sabemos que dicho estado indiscutiblemente era causado por las drogas. Dentro de las escuelas iniciaticas que se sabe con certeza que utilizaron drogas dentro de sus iniciaciones, encontramos al Ojo de Horus, los Esenios y los Hashshashín. "Los pergaminos del Mar Muerto" ofrecen el testimonio de las visiones provocadas por las drogas de los iniciados Esenios.
Algunos documentos antiguos, exponen la idea de que los neófitos eran puestos aprueba en cuanto a sus facultades instintivas y afectivas se refiere, puesto que eran obligados a vivir con una mujer virgen por tres años. Durante dicho tiempo, no podían tener coito con la doncella, pero si les era permitido enamorarse de ella. Pasados los tres años, los iniciados preparaban una ceremonia nupcial para que el neófito y la mujer contrajeran matrimonio. Tal ceremonia era tan solo una prueba más, ya que los iniciados, llegado el momento cumbre en el que quedarían desposados el neófito y la mujer, usurpaban el ritual para evitar el matrimonio. La mujer era desnudada frente al neófito, dándole a escoger entre tener acceso a los misterios de la escuela iniciatica o desposarla y tener sexo con ella. Si el neófito elegía contraer nupcias, no era iniciado, pero si optaba por entrar a la escuela iniciatica, no volvía a ver en la vida a la mujer que amaba. Documentos de dudosa precedencia, puesto que se estima que son del siglo XVI, afirman que dicha prueba fue la que más trabajo costo a Jesús.
Otra prueba era la de introducir al neófito en una cámara acuática en donde no entraba la luz del sol. El neofito tenia que buscar salir de la cámara con dos grandes obstaculos: el no poder respirar bajo el agua y cocodrilos nadando en la superficie del agua. La salida de dicha cámara estaba en un compartimento en el fondo de esta.
Existía una prueba en la que el neófito era llevado hasta el fondo de una construcción, la cual los iniciados incendiaban con el objeto de que el aspirante saliera al exterior librándose de las sofocantes llamas que lo rodeaban.
Como parte de las pruebas de la iniciación, el postulante era golpeado brutalmente hasta el borde de la muerte, algunas versiones dicen que para ello, era encadenado, mientras que otras versiones aseguran que era atado a un rosal amarillo para hacer hincapié en que no hay misterio glorioso sin sufrimiento, algo así como "no hay rosa sin espinas". Recordemos que la rosa amarilla es el símbolo de los secretos, e incluso la podemos encontrar en algunos confesionarios de las iglesias de Europa. Iglesias hechas por masones operativos del Medievo
Otra prueba que podemos encontrar, era la de llevar al neófito a un lugar retirado y ponerlo en medio de un circulo, para que meditara sobre su vida, durante esta prueba estaba sin comer ni tomar agua por espacio indefinido, la prueba terminaba hasta que el neófito se desmayaba a causa del sol, el frío nocturno, la sed y el hambre
Una prueba que simbólicamente se refería al hombre venciendo a sus pasiones, las cuales lo pueden comparar con un animal, era aquella en la que el neófito tenia que matar a una bestia salvaje, exponiendo su vida al hocico de un lobo o un felino
El orden de las pruebas de iniciación, según muchos expertos en el tema es el siguiente:


El circulo en el lugar retirado
La cámara acuática
La construcción en llamas
La prueba de la mujer
Matar a la bestia
Los golpes brutales
EL SUEÑO DEL TEMPLO


Cabe destacar que no todas las escuelas iniciaticas ponían estas pruebas, pero las más importantes de la antigüedad si lo hacían, incluso las pruebas cambiaban en su modalidad, pero la esencia era la misma
Si en este ensayo comencé por describir el sueño del templo, es debido a que era la prueba en la que culminaba todo, y hoy en día, su esencia resume la metempsícosis de cuyo objeto es la ideología de la Masonería.

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